El secreto detrás de tu popó
Let’s talk about poop baby 🎶
Llegó la hora de hablar de eso que casi no se habla pero que todos hacemos.
Es momento de hablar de la popó, la caca, los heces, la evacuación, la defecación; ese sinfín de palabras que procuramos no utilizar pero que en definitiva llevan en sí un significado determinante para saber cómo está nuestra salud intestinal.
Verás, tu popó es uno de los marcadores principales (y visibles) de tu salud intestinal.
Es también un fenómeno super complejo; una mezcla de bacterias (vivas y muertas), revestimiento celular, fibras, grasas, proteínas, bilis y otros componentes.
Pero ¿Cómo, cuánto y cuántas veces debemos defecar para decir que estamos sanos?
Muchos de nosotros solo nos sentamos, scrolleamos TikTok, esperamos un poco a que suceda la cosa y le bajamos. Listo, seguimos con nuestras vidas sin examinar realmente qué estamos eliminando de nuestro cuerpo. Tendemos a poner atención solo cuando las cosas se ponen medio raras en el inodoro, ya sea que pases demasiado tiempo ahí, o no lo suficiente.
Descifrar el código FUCHICACA no es tan sencillo. Cualquier ligero cambio en su tamaño, textura y frecuencia puede chismear muchísimas cosas sobre tu tracto gastrointestinal. Afortunadamente existe una fabulosa tablita que te puede ayudar a que el chisme se pueda confirmar.
Te presentamos: La Escala de Bristol
Hace muchísimos años, en las épocas de los casetes y el auge de Blockbuster, en 1992 para ser precisos, dos investigadores: Heaton y Lewis publicaron un artículo después de preguntar a 838 hombres y 1059 mujeres qué tal les iba en el baño. Pues resultó que la mayoría de las personas ¡tenían intestinos irregulares!
Tras años de arduo trabajo, en 1997, publicaron en la Universidad de Bristol, la escala definitiva con base en sus observaciones y posteriores divagaciones sobre la popó de sus conciudadanos británicos.
Lo normal es que tu popó se encuentre entre los números 3 y 4 (ni muy muy, ni tan tan), que vayas al baño al menos una vez al día y que no sientas ningún tipo de dolor o ardor.
Aunque la mayoría de nosotros experimentaremos cada numerito de esta escala en algún punto de nuestras vidas… cuando la irregularidad se vuelve un patrón, ¡ya estamos en luces rojas!
Así que ya sabes, hacer popó dura (aunque hagas diario) es estreñimiento.
Ir al baño cada 2 o 3 días también es estreñimiento.
Y aunque te pase de toda la vida (estar en el 6 o 7) y tener diarrea, no es normal.
Bueno, y una vez que identificamos nuestro numerito ¿Qué sigue?
Casi todo lo que hacemos verdaderamente repercute en el 4n0.
Lo que comemos, lo que tomamos, cuánto nos estresamos, cómo dormimos, cuánto ejercicio hacemos, etc.
Hay una serie de cositas que puedes hacer para impactar positivamente en la calidad de tus movimientos intestinales:
Muévete
Esta ya te la sabes, el ejercicio regular y la actividad física constante ayudan a que vayas bien y bonito.
Súbele a la fibra
La fibra tiene muchos efectos beneficiosos para el cuerpo, desde su influencia en la respuesta glucémica, hasta el mantenimiento de los niveles de colesterol sanos. La fibra también ayuda a ablandar tu popó para que salga más fácil. Frutas, verduras, nueces y cereales son naturalmente ricos en fibra.
Toma agua
El agua que bebemos en las comidas, pero también entre horas, nos ayuda a que la popó se vaya moviendo y circule a través del intestino.
Toma Baiiom
Se han estudiado extensamente los beneficios de los probióticos en la salud gastrointestinal, siendo estos, usualmente, los más inmediatos y notables cuando empiezas a tomar probióticos.
Esto sucede porque las bacterias beneficiosas de Baiiom trabajan en varias funciones relacionadas a la salud intestinal apoyando la producción de los neurotransmisores e influyendo en las contracciones musculares necesarias para la facilidad de la expulsión.
En resumen, te ayudan a hacer popó con regularidad.
Así que ya sabes, entre mejor sea lo que entra a tu cuerpo, mejor será la salida.